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KOMBUCHA, ‘ELIXIR DE VIDA’. BEBIDA FERMENTADA PARA CUIDAR TU SALUD

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Seguro que llevas mucho tiempo oyendo hablar de la kombucha como el ‘elixir de vida’ y la verdad es que una bebida muy interesante por sus propiedades probióticas.

Es una bebida fermentada que se prepara con una infusión de té verde y/o negro y que se fermenta con una simbiosis de levaduras y bacterias llamada ‘SCOBY’ (siglas en inglés: Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast). También necesita de azúcar para ayudar a alimentar al scoby durante la fermentación y agua.

Es una gran alternativa a bebidas gaseosas y azucaradas que no nos aportan nutrientes sino más bien lo contario.

Se puede tomar al natural o bien se puede tomar con sabores: jengibre, naranja, limón, frutos rojos, especias como cardamomo, etc. Eso se consigue en una segunda fermentación. Te lo cuento todo en este artículo.


Es muy sencillo de preparar en casa. Necesitas muy pocos ingredientes y un poco de paciencia que es el tiempo que tarda en fermentar y en estar lista para que puedas disfrutar de ella y de sus propiedades. Te cuento alguno de sus BENEFICIOS:

1.- Equilibra la flora intestinal gracias a su contenido en probiótico

Los probióticos proporcionan a nuestro intestino bacterias buenas, saludables que van a ayudar a nuestro organismo a mejorar su salud reduciendo la inflamación y mejorando las digestiones, entre otras cosas.

2.- Es antioxidante y fortalece el sistema inmunitario 

Los antioxidantes son unas sustancias que encontramos en los alimentos y bebidas y que son muy interesantes para nuestro organismo ya que nos ayuda a luchar contra los radicales libres.

En nuestro día a día nos exponemos a elementos que pueden dañar nuestro organismo, nuestras células y promover el desarrollo de tumores. Alimentos naturales (frutas y verduras, etc.), alimentos fermentados, té verde, etc. nos ayudan a fortalecer nuestro organismo, nuestra flora intestinal y nuestro sistema inmunitario para poder enfrentarse a células tumorales y eliminarlas, a virus, parásitos, bacterias, etc.

Es una bebida que ayuda a aumentar las defensas fortaleciendo el sistema inmune, aportando energía y vitalidad a nuestro organismo, reduciendo los síntomas de alergias y regulando la presión arterial.

 
3.- Antibacteriana y fungicida

Al estar elaborada con té verde tiene considerables propiedades antibacterianas ayudando a evitar o suprimir el desarrollo de bacterias y levaduras malas. Es muy recomendable para personas que sufren de candidiasis ya que ayuda a reducir los síntomas gracias a estas propiedades antibacterianas

4.- Disminuye la inflamación articular, ayudando así a prevenir la artritis y manteniendo las articulaciones saludables

5.- Mejora la digestión y regula el tránsito intestinal 

6.- Hidrata, sin tener que recurrir a bebidas industriales con más cantidad de azúcares y aditivos. Además, podemos disfrutar de diferentes sabores del té de Kombucha si durante su fermentación se añaden frutas o zumos orgánicos


¿DÓNDE COMPRAR KOMBUCHA? ¿PODEMOS PREPARARLA EN CASA?

 La kombucha puede comprarse en tiendas ecológicas, herbolarios, en tiendas online, etc.

También se puede hacer en casa. Para ello necesitamos el SCOBY que podemos conseguir comprándolo en herbolarios, tiendas ecológicas, tiendas online o también alguien que conozcas que haga kombucha te podría dar un SCOBY para poder empezar.

Podría empezarse también sin SCOBY, es decir, de cero, pero con unos 350ml de kombucha ya preparada. En ese caso es un proceso un poco más difícil y engorroso. Así es que mi recomendación es, si deseas hacer kombucha casera, que lo hagas con un SCOBY.

Si decides hacerla casera es muy importante la limpieza para no contaminar el scoby.

 

¡Te cuento la receta!


Ingredientes

Un SCOBY (‘Symbiotic Colony of Bacteria and Yeast’)

1 taza de kombucha ya hecha (‘starter liquid’)

4-6 cucharillas de té verde BIO

200gr de azúcar (1 taza)

Agua filtrada o mineral (4 litros)

Recipiente de cristal grande (capacidad mínima de 5 litros)

Trapo de algodón

1 goma elástica


Preparación:

En esta primera fase vamos a preparar la kombucha siguiendo las instrucciones. De esta forma conseguiremos la PRIMERA FERMENTACIÓN. Un proceso de unos 15 días muy sencillo.

¡Te lo cuento paso a paso!

1.    Hervir 2 litros de agua y añadirle el té verde para que infusione durante 7 - 8 minutos mínimo. Después se retira pasando el agua por un colador. Quedará un té concentrado. Dejar enfriar

2.    Cuando esté templado o frío (22 - 25°C como máximo) pasar esos 2 litros de agua al envase de cristal que vamos a utilizar para hacer la kombucha y añadir el azúcar (es el alimento del scoby).

3.    Añadir los 2 litros restantes que habíamos hervido y mezclar todo bien con una cuchara de madera: azúcar, té verde y agua

4.    Ahora vamos a manipular el scoby. Es muy importante tener las manos muy limpias al manipularlo: añadir el scoby y la taza de kombucha ya hecha (‘starter liquid’)

5.    Tapar en envase con una tela 100% algodón para que el líquido tenga oxígeno y no se contamine con bichos, polvo, etc. Sujetar el trapo con una goma elástica

6.    Dejar en un lugar cálido (temperatura 20º-25º) de 7 a 15 días para su fermentación y producción de kombucha. Personalmente me gusta dejarlo mínimo 15 días

Se puede ir probando cada 5 días, si se desea. Es importante recordar que no se puede meter un cazo metálico para probarlo. Venden frascos de cristal con grifo y es muy cómodo.

7.    Pasados esos 15 días ¡la kombucha está lista!

8.    Con las manos muy limpias se retira el scoby y se mete en un frasco limpio (con tapa) con una taza o dos de kombucha (será la kombucha y ‘starter liquid’ para nuestra próxima creación).

El scoby hay que dejarlo reposar unos días (mínimo 4-5 días) en su ‘starter liquid’ antes de volver a empezar un nuevo proceso de creación de kombucha.

9.     Colar el líquido (ya kombucha) con un colador, ya que puede que queden ‘hilos’ o resto de scoby y puede desagradar.

10.  Envasar en botellas de vidrio limpias y tapar. Se puede meter directamente en la nevera y se corta ya la fermentación o se puede dejar 2-3 días en un lugar cálido y después se puede meter en la nevera para conservarlo. Se suele servir frío.

Hasta este punto hemos hecho la 1ª fermentación de la kombucha. Una delicia y con muchos beneficios, como hemos comentado antes, para nuestra flora intestinal y nuestro sistema inmunológico. Lo puedes tomar como bebida refrescante, lo puedes añadir a tu batido de la mañana, etc

Pasados 15 días tendrás algo así:

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SEGUNDA FERMENTACIÓN

Se puede dar un giro al sabor de la kombucha a través de una SEGUNDA FERMENTACIÓN donde añadiremos frutas, infusiones, especias, etc.  para darle el sabor que deseemos.

1.    La segunda fermentación es la que se hace cuando se envasa la kombucha en las botellas y se deja varios días fuera de la nevera. Ahí comienza y genera unas burbujas. Cuidado con las botellas, no las llenes hasta arriba porque podrían explotar

2.    En esta segunda fermentación se puede añadir lo que nos guste y apetezca para darle sabor: jengibre laminado, limón y naranja en rodajas o en zumo, frutas troceadas, canela, cardamomo, anís estrellado, etc. Esto se lo añadiremos en el momento de cerrar las botellas

3.    Dejaremos las botellas en una zona cálida para que la kombucha siga fermentando y coja el sabor de la fruta, especia, … que hemos añadido

4.    Pasados 2 – 3 días con la kombucha en las botellas y el sabor deseado fermentando se meten las botellas en la nevera para frenar la fermentación. Después la kombucha con sabor está lista para tomar. Cuidado al abrirlas porque debido al gas y burbujas que se creen puede explotar

5.    Servir fría

Si te animas a hacer la segunda fermentación ¡¡¡sé creativo y añade lo que te apetezca y descubre el sabor que más te gusta!

Notas importantes:

  • Para hacer kombucha es muy importante tener las manos muy limpias y el envase de vidrio que se vaya a utilizar también ya que el scoby es muy delicado y podría estropearse (asegúrate que no tienes restos de detergente en las manos ni en los envases)

  • El scoby no se puede meter en el agua con el té si aún está caliente ya que mataríamos sus propiedades y no produciría kombucha (el scoby muere con temperaturas elevadas)

  • El azúcar es el alimento del scoby. Se va a alimentar de dicho azúcar para formar la kombucha. Una vez que ésta está lista el azúcar ha, prácticamente, desaparecido así es que no es una bebida azucarada, simplemente es el alimento para que se pueda formar la kombucha

  • Nunca meter nada de metal en el envase de vidrio si dentro está ya el scoby ya que lo mataría

  • La taza de kombucha ya hecha es fundamental para la preparación de kombucha. Si has comprado el scoby pero no tienes kombucha no puedes hacer kombucha. Necesitarías comprar una botella o que alguien te de 250 – 500 ml para que tú puedas hacerla en casa. ¡Imprescindible! Se necesita un scoby (que puedes comprar online o en tiendas ecológicas, o que alguien que tenga te lo de) y, además, esa taza de kombucha hecha para que puedas empezar (‘starter liquid’)

  • El scoby no puede meterse en la nevera. Evitar, en invierno, que esté en una zona de frío. No le debe dar la luz directa, ni el sol. No debe moverse ni manipularse mucho.

  • El scoby cuanto menos lo manipulemos, mejor, porque así evitamos que se contamine. Si queremos limpiarlo, se hace con un poco de ‘starter liquid’ que luego eliminaremos

  • Antes de volver a empezar un nuevo proceso de creación de kombucha hay que dejar reposar el scoby unos días (mínimo 4-5 días) en su ‘starter liquid’

  • Al meter la kombucha en la nevera se frena la fermentación

  • En la segunda fermentación es muy importante tener mucho cuidado con las botellas: no se deben llenar hasta arriba porque podrían explotar debido a las burbujas que se forman

 

¡Una delicia de bebida y muy saludable!!

¿Te animas a prepararla? Si te animas a hacerlo puedes colgarlo en Instagram etiquetándome: @analarriuthealthcoach. ¡Me encantará ver el resultado y saber si te ha gustado!

¡Espero que te guste! ¡Disfruta!

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BENEFICIOS DE LA GERMINACIÓN Y ACTIVACIÓN DE LEGUMBRES, FRUTOS SECOS Y SEMILLAS

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Los frutos secos, semillas, legumbres y cereales son excelentes productos de la naturaleza que contienen inhibidores para evitar la germinación hasta que las condiciones sean las adecuadas y su supervivencia esté asegurada. Sin embargo, estos agentes protectores también actúan como inhibidores de nutrientes y de enzimas, librando una guerra en nuestro sistema digestivo y comprometiendo nuestra salud. Esto puede impedir la absorción de nutrientes como hierro, calcio, zinc y magnesio.



¿Cuáles son los inhibidores de nutrientes de legumbres, semillas y frutos secos?

Los llamados inhibidores o ‘anti nutrientes’ son sustancias que impiden y bloquean la buena asimilación de nutrientes (minerales, vitaminas, proteínas, etc.). En las legumbres, frutos secos y semillas encontramos varios tipos: el ácido fítico, los taninos, los oxalatos y los inhibidores de tripsina.

1.- Ácido fítico:  es un anti nutriente que bloquea buena parte de los minerales que contiene el alimento: minerales como el hierro, el zinc, el calcio, el magnesio y el manganeso.

2.- Los taninos: por un lado, tienen una parte negativa, ya que son inhibidores de nutrientes como el hierro y el cobre y, por otro lado, tienen una potente acción antioxidante.

Los taninos se encuentran casi siempre en la piel fina que recubre los frutos secos. En su mayoría es una piel difícil de eliminar, como es el caso de las avellanas, pero en el caso de las almendras es muy fácil de eliminar pelándolas. ¿Cómo? Poniéndolas en remojo y con un poco de maña, ya que esa piel es muy indigesta. Si no tienes tiempo, una posible opción, es comprar las almendras crudas y peladas.

3.- Los oxalatos: son inhibidores del calcio, del hierro y de otros minerales impidiendo su absorción.

4. Los inhibidores de tripsina: éstos no favorecen las digestiones de proteínas, por tanto, alimentos ricos en inhibidores de tripsina serán de difícil digestión


¿Cómo hacer para neutralizar esos inhibidores de nutrientes?

Es muy sencillo, sólo necesitamos agua. Hay que ponerlos en remojo para que se activen los nutrientes.

En el caso de las legumbres (garbanzos, judías, lentejas, azukis, etc.), en general, son más digestivas cuando se las pone en remojo durante una noche y se les hace germinar.

Ese proceso de germinación mejora la digestión y activan su potencial nutritivo. La germinación se produce cuando a la legumbre le ha salido un pequeño tallo.

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¿Cómo se realiza el proceso de germinación?

Es un proceso muy sencillo que consiste en poner las legumbres en agua durante la noche, aproximadamente, 12 horas; al día siguiente se tira ese agua, se enjuagan y se dejan en un escurridor o colador el resto del día (ya sin estar en contacto con el agua).

Por la noche, o en algún otro momento del día, se enjuagan las legumbres de nuevo, hidratándolas y se vuelven a dejar en el escurridor toda la noche, sin agua. A la mañana siguiente se repite el proceso, enjuagar con agua / hidratar y se dejan en el escurridor. Este proceso se repite hasta que un pequeño tallo aparece en la legumbre. Cuando eso ocurre las legumbres están listas para ser cocinadas.

¿Complicado?  

¡No realmente! Es cuestión de planificación y organización. Uno se acostumbra fácilmente y los beneficios son muchos. Muchas personas ven este proceso como engorroso y que para hacer unas lentejas las tiene que dejar germinar antes y el tiempo que ello conlleva. Hay que darle la vuelta a esa forma de pensar y poner varias cosas en remojo a la vez, ponerlas a germinar, y cuando están listas cocinarlas y hacer deliciosas recetas con ellas y ¡sorprenderse a uno mismo y a toda la familia!

A modo orientativo en los tiempos de germinación: las lentejas necesitan unos 2 días, los garbanzos de 3 a 4 días, las judías 2 días.  

Importante: a las judías no les sale el tallo a no ser que se dejen muchos días, pero en 2 días están listas para ser cocinadas, aunque no tengan el tallo.

Una vez germinadas, los tiempos de cocción, aproximadamente, son: lentejas, 20 minutos (al vapor), garbanzos, 20 minutos (en la olla a presión), judías, 14 minutos (en la olla a presión). Una vez cocinados se pueden conservar en la nevera para deliciosas ensaladas, sopas, platos principales, etc.

Elige el método de cocción que mejor se ajuste a ti.

Para una mejor conservación y más duradera se pueden almacenar en botes o tarros de cristal llenándolos con la legumbre y después rellenar el resto del frasco con el agua de la cocción de la propia legumbre (esta agua debe estar caliente).

Se llena el bote hasta arriba del todo, de forma que quede la menor cantidad de oxígeno posible, se pone la tapa y se le da la vuelta al bote, es decir, ponerlo con la tapa hacia abajo. De esta forma conseguimos un ‘envasado al vacío’.

Se puede conservar en la nevera así (con el agua) hasta 3 meses.  

Importante: si las legumbres han germinado, pero no tienes tiempo de cocinarlas en ese momento puedes meterlas en la nevera para cortar la germinación y evitar que el tallo siga creciendo. En cuanto tengas tiempo cuécelas y estarán listas para tus platos.

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En el caso de los frutos secos y de las semillas (almendras, nueces, avellanas, anacardos, nueces de Brasil, semillas de girasol, de calabaza, etc.) se en remojo ponen por la noche; al día siguiente se tira el agua y se enjuagan bien. De esta forma están listos para comer. No hay que esperar más. También se pueden guardar en la nevera durante 3 días, bien secos para que no les salga moho.

Este sencillo gesto hace que los frutos secos y semillas se 'activen', su pH aumente haciéndolos más alcalinos lo cual ayuda a alcalinizar el organismo y reduce la inflamación.

Para las personas que teóricamente tienen alergia a las nueces, han probado que cuando las han puesto en remojo uno o dos días, desechando el agua cada 24 horas y volviendo a dejarlas en agua pueden comerlas sin ningún problema ni reacción. ¡Ojo, si haces la prueba y eres alérgico por si no te funciona y sufres una reacción!!

Las semillas que tienen muchos mucílagos, como las semillas de lino y chía son más difíciles de poner en remojo ya que se hinchan y quedan como una gelatina viscosa. Con las semillas de chía podemos hacer pudding o añadirlas a nuestros batidos de frutas y verduras, al igual que las semillas de lino. Estas dos semillas, además, son muy interesantes para nuestro organismo gracias a que son ricas en omega-3 y por tanto antiinflamatorias.

Algunos beneficios de la germinación y activación:

 * Mejora la digestión

* Desbloquea los nutrientes: el remojo activa todo el potencial de nutrientes de los alimentos. Aumenta la potencia de las vitaminas A, C y B, las proteínas se vuelven más disponibles y se liberan enzimas vivas

* Implica el consumo de alimentos vivos con muchas propiedades

* Produce mejor sabor y textura: el remojo suaviza los alimentos

* Reduce el tiempo de cocción: los cereales y legumbres que se han puesto en remojo se cocinan más rápido

Remojar y germinar nos permite activar los alimentos para que sean más nutritivos y mucho más fáciles de digerir. ¡Empieza a germinar!

 

¿CON O SIN GLUTEN?

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En los últimos decenios más gente ha empezado a sentir que el consumo de alimentos hechos a base de gluten (en general, de trigo) está asociado a problemas gastrointestinales tales como náuseas, dolores de estómago, diarrea, y en algunos casos pérdida progresiva de peso. En ocasiones es debido a una enfermedad autoinmune, donde el cuerpo se ataca así mismo y es conocida como la celiaquía

De ahí que sea cada vez más común oír a personas decir que llevan una alimentación sin gluten y esto puede ser por distintos motivos desde por una intolerancia a la proteína, por celiaquía (alergia) o bien porque se ha
demostrado que una dieta sin gluten nos hace sentir más ligeros, menos hinchados, con más energía y vitalidad, etc.

El gluten es un alimento que, junto con los procesados, los lácteos, los aditivos, grasas saturadas, etc. nos inflama y puede ser el origen de muchas molestias a nivel físico y emocional / mental.

¿QUÉ ES EL GLUTEN?

El gluten es una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, el centeno, la cebada, el kamut y la espelta, …

La avena es una excepción, ya que, a priori, es un cereal sin gluten, pero puede ocurrir que sea manipulado en centros donde haya cereales que sí lo contengan, de ahí, que pueda ser que la avena tenga gluten por ‘contaminación’. Para asegurarse 100% que no tiene gluten hay que comprar avena con un sello que indique ‘sin gluten’.

Esta proteína ayuda a aglutinar masas panes, pastas y bollería para crear productos más densos y esponjosos.

Hay más de 50 enfermedades relacionadas con esta proteína: colon permeable, psoriasis, Alzheimer, Parkinson, fibromialgia, cáncer, etc.

Se estima que un 99% de las personas que sufre intolerancia al gluten o es celíaco nunca han sido diagnosticadas.

¿Podrías ser tú una de ellas?


SÍNTOMAS RELACIONADOS CON EL GLUTEN


El gluten no es una proteína imprescindible para nuestro organismo pudiendo ser sustituida por alimentos ricos en aminoácidos esenciales tales como los huevos ecológicos, legumbres, lácteos de vaca u oveja, semillas y frutos secos, carnes ecológicas, etc.

En caso de sospecha de celiaquía se puede optar por la realización de un test o la eliminación de alimentos con gluten durante un periodo de tiempo de unos 3 – 6 semanas. Pasado ese tiempo, probarlo y comprobar cómo reacciona nuestro organismo. De esta forma nos convertimos en ‘detectives’ de nuestro propio cuerpo.

Si se opta por la realización de un test de celiaquía y el resultado es negativo pero la persona afectada siente que los síntomas mejoran gracias a una dieta sin gluten, entonces diremos que se trata de una sensibilidad al gluten; en ese caso también se recomienda la eliminación total, o prácticamente total, de los alimentos que contienen gluten.

Sin embargo, si el test da positivo se confirma la enfermedad autoinmune. Las personas que sufren la enfermedad de la celiaquía tienen, debido al consumo de alimentos con gluten, una deterioración progresiva
de las vellosidades (proyecciones capilares) que se encuentran en el intestino delgado lo cual crea una inflamación y deterioro de la pared intestinal.

Son esas vellosidades intestinales las que permiten la absorción de la mayor parte de los nutrientes, de las vitaminas y de los minerales. Cuando esas vellosidades empiezan a aplanarse, efecto producido por
el consumo de gluten, la mala absorción de los nutrientes puede producir anemia y desnutrición, irritabilidad, pérdida de peso, dolores de estómago y otras complicaciones gastro-intestinales

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La celiaquía tiene, actualmente, como único remedio llevar a cabo una dieta sin gluten (eliminación de toda la alimentación que contenga trigo, centeno, espelta, kamut y cebada, incluso en cantidades pequeñas). Esta eliminación supondrá un alivio para el intestino delgado y para los daños que el gluten ha producido en éste

La enfermedad de la celíaca puede dar distintos síntomas según cada persona. Pero en general pueden darse en el sistema digestivo (malas digestiones, hinchazón, gases, etc.) nervioso y neurológico (deterioro microscópico de la corteza cerebral, demencia, Alzheimer, vértigos, migrañas, etc.) o incluso en la piel (eczema, psoriasis, etc.). Generando siempre un estado general de inflamación en el organismo. Por eso, cuando se sigue una dieta sin gluten, sobre todo sin trigo, es muy habitual deshincharse y tener una pérdida de peso.

Si presentas alguno de los síntomas siguientes, podría ser una señal de tener intolerancia al gluten:

  • Problemas digestivos como gas, hinchazón, diarrea e incluso estreñimiento

  • Cansancio generalizado o sensación de cansancio tras la ingesta de un plato que contiene gluten

  • Diagnóstico de una enfermedad autoinmune como la poliartritis reumatoide, colitis ulcerosa, psoriasis, etc.

  • Síntomas neurológicos tales como vértigos

  • Desequilibrios hormonales

  • Migrañas o dolores frecuentes de cabeza

  • Diagnóstico de cansancio crónico o fibromialgia

  • Inflamación, hinchazón o dolor en las articulaciones de los dedos, rodillas o caderas

  • Cambios de humor, ansiedad, depresión, etc.

¿QUÉ HA CAMBIADO EN EL GLUTEN EN LOS ÚLTIMOS AÑOS?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que la sociedad ha cambiado más rápido que nuestros genes.

Nuestros genes han cambiado un 0.2% respecto a los genes de nuestros ancestros, sin embargo, el cambio en la forma de alimentarnos junto con el estrés de la vida moderna y nuestro estilo de vida ha cambiado muchísimo (aumento de los alimentos procesados, cadenas de comida rápida, grasas saturadas, aditivos y colorantes, edulcorantes, menor consumo de frutas y verduras, …). Todo ello ha sido el responsable del aumento de las enfermedades.

El problema se ha acentuado mucho en las últimas décadas ya que la industria alimentaria ha ido modificando genéticamente el gluten del trigo para conseguir unos productos más esponjosos y densos, con menor valor nutritivo, con menor tiempo de preparación.

Nuestro sistema digestivo va muy lento y no ha sido capaz de adaptarse a esta alteración generando más intolerancias y alergias. Podríamos decir, que actualmente el ser humano no tiene la capacidad de digerir fácilmente el trigo y eso crea inflamación y digestiones pesadas.

¿CÓMO HACER PARA SEGUIR UNA ALIMENTACIÓN SIN GLUTEN? ¿COMPRAMOS LOS
PRODUCTOS SIN GLUTEN DEL SUPERMERCADO?

Llevar a cabo una alimentación sin gluten desde casa es fácil, ya que podemos llenar nuestro plato de:

  • Frutas

  • Verduras y hortalizas

  • Frutos secos y cereales

  • Legumbres

  • Huevos

  • Pescado, carne, aves

  • Hierbas aromáticas

  • Algunos cereales


Mis recetas son siempre libres de gluten, de lácteos y de azúcar. Puedes encontrarlas en mi web en el apartado de RECETAS o en mi cuenta de Instagram

Pero cuando llega el momento del pan, de las pastas, etc. parece que todo se complica un poco más.

Es importante evitar los alimentos procesados con etiquetas ‘sin gluten’ ya que en la mayoría de los casos están llenos de almidón, harinas refinadas de mala calidad, sal refinada, aditivos y conservantes.

La solución sería consumir alimentos reales hechos con cereales que no contengan gluten de manera natural como: el arroz integral, el trigo sarraceno, la quinoa, el mijo… Actualmente tenemos una gran
oferta en el mercado de pastas hechas a base de legumbres, que además nos aportan un extra de proteína vegetal. Personalmente prefiero consumir un alimento más real pero las pastas de arroz, quinoa, etc. pueden ser una buena alternativa.


¿QUÉ PUEDO HACER SI ME ENCANTA EL PAN?

Por desgracia, actualmente, es muy difícil encontrar panes ricos, nutritivos, hechos con masa madre, cocinados.

La mejor solución podría ser prepararlo en casa con alguna receta fácil:

  1. Utilizando harinas sin gluten para su elaboración

  2. Someterlo a un proceso largo de fermentación

  3. Utilizar masa madre si es posible

  4. Cocinarlo al horno lentamente



Así es que, si estás en ese proceso de dejar el gluten o ya lo has dejado, pero aún así te gusta el pan, o te cuesta dejarlo, te traigo una receta de PAN SIN GLUTEN, CON ARRINA DE SARRACENO, ARROZ Y AVENA. pan sin gluten, hecho a base de harina de sarraceno, avena y arroz.

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Si te animas a hacerlo puedes colgarlo en Instagram etiquetándome: @analarriuthealthcoach.

¡Me encantará ver el resultado y saber si te ha gustado!


¡Espero que te guste el sabor! El sarraceno es un poco particular y no a todo el mundo le gusta, pero si te gusta entonces te encantará. ¡Disfruta!

LOS BENEFICIOS DE LAS FRESAS EN NUESTRA SALUD

La primavera ha empezado, las temperaturas empiezan a subir y las fresas empiezan a llegar al mercado.

Su intenso color rojo nos alegra sólo con mirarlas. ¡Me encantan!! Es una fruta típica de primavera, así es que es ahora cuando hay que comerlas y no en invierno cuando vienen de otros lugares como América Latina. Recuerda que es importante tomar la fruta de ‘temporada’.

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Las fresas tendrían que ser siempre ecológicas ya que al no tener ninguna piel que las proteja, absorben todos los pesticidas. Es cierto que el precio cambia, pero es mejor consumir menos cantidad, pero de mayor calidad, de esta forma estás invirtiendo en tu salud y en la de los tuyos.

Además de ser una fruta deliciosa, las fresas nos miman gracias a sus propiedades: antiinflamatorias, diuréticas, depurativas, con alto contenido en antioxidantes. Se recomienda su consumo siempre, pero además cuando hay mayor oxidación celular por motivos como el estrés, la contaminación, el tabaco, el alcohol, etc.  


Las fresas son las reinas de las bayas, ricas y coloridas, adoradas por los niños, y ¡por los no tan niños! Desde un punto de vista nutricional son todo ventajas ya que contienen pocas grasas y pocas calorías y un alto contenido en fibra, vitamina C, antioxidantes, potasioácido fólico, lo que convierte a las fresas en una fruta necesaria durante el embarazo.

 

Te cuento algunos de sus beneficios:

-       Son antiinflamatorias y anticoagulantes gracias al ácido salicílico

-       Regulan el tránsito intestinal gracias a su gran contenido en fibra

-       Contienen antioxidantes que luchan contra la formación de radicales libres, el envejecimiento de la piel, y en general combaten el desgaste del cuerpo.

-       Contienen omega-3: aunque te parezca increíble no sólo el pescado contiene ácidos grasos omega-3, también las fresas lo contienen y son muy recomendables para las personas con colesterol.

-       Mejoran la capacidad antioxidante de la sangre

-       Limpian y cuidan los dientes y mantienen las encías saludables

-       Hay que resaltar su elevado contenido en potasio y bajo en sodio, por lo que resultan ideales para personas que padecen hipertensión arterial o problemas del corazón.  

¡Así es que las fresas no pueden faltar en nuestra dieta!

En el apartado de recetas puedes encontrar deliciosos platos hechos con fresas, por ejemplo este smoothie de naranja y mango.

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¡Disfruta!

10 RECOMENDACIONES PARA UNAS NAVIDADES SALUDABLES

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Llegan las Fiestas Navideñas y con ellas todas las celebraciones en torno a una mesa donde la gastronomía es el elemento aglutinante: cenas de trabajo, cenas con familia y amigos, la cena de Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, …. Cantidades enormes de comida, ricas en proteínas, grasas, azúcares y harinas refinadas y que, en una sola comida, nos obtendremos la energía que nuestro cuerpo necesita para todo el día. Esta sucesión de excesos de Navidad, no sólo terminan pasando factura al peso sino también a la salud y al estado de ánimo.


Es cierto que no siempre es fácil evitar la tentación; pero sin privarte y, con un poco de sentido común, se pueden hacer elecciones saludables y seguir una serie de consejos para que al final de las Fiestas Navideñas no nos sintamos culpables y sentir que hay que ‘castigarse’ para recuperarse después de los excesos.

Espero que algunos de estos consejos te puedan ser útiles durante estas fiestas y, en realidad, en general, en tu día a día:

  

1. NO TE SALTES EL DESAYUNO, DE ESTA FORMA EVITARÁS LLEGAR CON EL ESTÓMAGO VACÍO Y CON MUCHA HAMBRE

Desayuna y almuerza de forma sana y equilibrada para evitar saciar el hambre en las comidas y cenas de celebración. Habitualmente, cuando se tiene una comida copiosa se suele eliminar el desayuno para reducir la toma de calorías total. ¡Pero esto implica llegar a la comida con mucha hambre lo que hará que comamos por tres! Si empiezas el día con un desayuno sano y depurativo, como un batido verde, llegarás a la comida más satisfecho y será más fácil tomar decisiones saludables a la hora de escoger lo que comes.

 

2. BEBE UNO O DOS VASOS DE AGUA ANTES DE EMPEZAR A COMER

En muchas ocasiones el cerebro confunde el hambre con deshidratación haciéndonos creer que tenemos hambre, pero realmente lo que necesitamos es beber agua. El agua hidrata nuestro organismo, las paredes del estómago y nos ayuda a eliminar toxinas a la vez que nos ayuda a sentirnos saciados. Así, pues antes de empezar cualquier comida tómate 1 ó 2 vasos de agua.

Durante la comida intenta no beber o beber lo menos posible ya que se diluirán los jugos gástricos provocando una digestión más lenta.

 

3. MASTICA BIEN LOS ALIMENTOS Y COME DE FORMA CONSCIENTE

Cada bocado hay que masticarlo bien para una buena digestión. Además, es importante comer de manera consciente, disfrutando de ello y dejar de comer antes de estar saciado. Puedes probar por servirte un plato pequeño para controlar la cantidad que comes. Y si quieres repetir piensa si realmente tienes hambre o es mera gula, en ese caso, intenta evitarlo.

 

4. SÉ CONSCIENTE DE LOS EFECTOS DE LO QUE COMEMOS

Siempre os invito a una alimentación saludable, variada, sin privaciones, pero evidentemente, en las celebraciones navideñas hay muchas tentaciones. Es el caso de los dulces, hechos, generalmente, a base de harinas refinadas y de azúcares blancos. Ser consciente de los efectos que produce el consumo de azúcar puede ayudarnos bien a no tomar dichos postres bien a tomar muy poca cantidad.

 

5. BUSCA EL EQUILIBRIO Y COMPENSA 

Disfruta de los días de celebraciones marcados en el calendario; siempre desde el sentido común. Ahora bien, los días que hay entre unas fiestas y otras trata de compensar las comidas preparando platos equilibrados con ingredientes depurativos, sobre todo con verduras verdes y hortalizas. Prepara cenas a base de un caldo depurativo, una crema de verduras, un zumo verde, etc. De esa forma evitarás alargar los excesos y sus efectos.

 

6. LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS: MEJOR ACOMPAÑADAS Y SIN MEZCLAS

Si optas por beber alcohol y brindar, te recomiendo que no hagas demasiadas mezclas y sobre todo bébelo siempre con algún alimento en el estómago para retrasar la absorción.

El alcohol es una fuente muy grande de calorías, acumulándose muy fácilmente en forma de grasa. 

 

7.  TOMA INFUSIONES DEPURATIVAS

Es importante que tomes infusiones depurativas que drenen tu cuerpo. Hechas a base de hierbas que ayudan al hígado en su función depurativa: cardo mariano, diente de león, cola de caballo, melisa, etc. Además, estas infusiones calientes ayudan también a disolver las grasas evitando que se queden almacenadas allí donde menos queremos (abdomen, muslos, caderas, etc.)

  

8. MÁNTENTE ACTIVO – MOVE YOUR BODY!!

Aprovecha cualquier excusa para moverte, salir a pasear, sacar al perro, bailar, subir las escaleras a pie evitando las escaleras mecánicas y ascensores, etc. Si, además, esos días de fiesta encuentras tiempo para hacer deporte, ¡mejor que mejor!! Eso ayudará con el tránsito intestinal y a eliminar algunas de las calorías extras consumidas estos días.

 

9. RESPETA UN TIEMPO DE 12h DE AYUNO, DESDE LA CENA HASTA EL DESAYUNO.

Este ‘ayuno’ permitirá un descanso del sistema digestivo y nos ayudará con la eliminación. Es un hábito muy saludable que, incluso, puede ayudar a controlar el peso.

 

10. SÉ REPONSABLE, CONSCIENTE Y TEN SIEMPRE UNA MENTE POSITIVA  

Lo más importante es que disfrutes, que seas consciente de tus actos y te responsabilices de ellos. Sin juicios ni culpa. Si has cometido excesos, hazlos con consciencia, disfrutando de ellos y sabiendo que nunca es tarde para el cambio, hacia una vida más saludable, donde poder cuidarte y mimarte.

 

Antes de que empiecen las fiestas puedes hacer un poco de depuración con muchas verduras de hoja verde y hortalizas, y los días posteriores puedes también realizar una depuración más en profundidad para eliminar las toxinas acumuladas.

Si después de la fiestas sientes que te has excedido y que necesitas un cambio. Te propongo que te unas a alguno de mis Programas Nutricionales DETOX: 6DÍASDETOX o PROGRAMA REVITALÍZATE.

De esta forma empezarás el Año Nuevo con salud, energía y vitalidad!

Disfruta de unas Navidades con menos excesos y más salud.

¡Te deseo unas Felices Fiestas llenas de AMOR y FELICIDAD!

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Zumo de manzana, remolacha, apio y jengibre! Chin chin!!